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La comunión no debe tomarse a la ligera. Si se toma indignamente, estás comiendo y bebiendo condenación porque no estás discerniendo el Cuerpo del Señor.

Palabras para conocer:

  • condenación: κρίμα kríma, kree’-mah; de G2919; una decisión (la función o el efecto, a favor o en contra (“crimen”)):—vengar, condenado, condenación, condena, + ir a juicio, juicio.
  • indignamente: ἀναξίως anaxíōs, an-ax-ee’-oce; adverbio de G370; irreverentemente:—indignamente. de una manera indigna
  • sueño: κοιμάω koimáō, koy-mah’-o; de G2749; poner a dormir, es decir, (pasivamente o reflexivamente) adormecerse; figurativamente, fallecer:—(estar a-, caer en, caer en) sueño, estar muerto.

Mira 1 Corintios 11:27-32  De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

Nota que el apóstol Pablo explica a la iglesia en Corinto que muchos de ellos están y algunos están muertos por comer y beber la Cena del Señor indignamente, para examinarnos a nosotros mismos para que no seamos juzgados.

Mira lo que Jesús profetizó sobre la comunión. Juan 6:53-58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.

Más tarde, en la última cena, que era la Pascua, vemos a Jesús diciendo a los discípulos después de bendecirlo: “Tomad, comed; este es mi cuerpo. Y tomó la copa, dio gracias y se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; porque esta es mi sangre del nuevo testamento, que es derramada por muchos para remisión de los pecados.” (Mateo 26:26-28)

La comunión puede ser una bendición o una condenación. Mira 1 Corintios 10:16-17 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 17 Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.

Nota que dice copa de bendición. La elección es nuestra. Podemos juzgarnos a nosotros mismos y hacer correcciones para dejar de vivir en el pecado o Dios nos juzgará y nos dará castigo. Podemos participar dignamente y ser bendecidos, o podemos participar indignamente y recibir condenación.

Espero y rezo para que todos los que lean esto elijan prestar atención a la advertencia. Es mucho mejor recibir una bendición.

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